Medio siglo ha transcurrido desde que nuestro país organizó un Mundial que es recordado por los problemas de infraestructura, “La Batalla de Santiago”, el tercer lugar de la Roja y por el poderío de Brasil. Pareciera que hubiese sido ayer, pensaran muchos, pero lo cierto es que este miércoles 30 de mayo se celebran 50 años de la realización del Mundial de Chile 1962, un torneo que hasta el día de hoy sigue siendo el máximo orgullo de la Selección chilena al conseguir, de la mano del técnico Fernando Riera, el tercer lugar entre los 16 participantes de la cita.
Pero a nivel de organización no todo fue bueno en aquella Copa del Mundo, pues la escasez de recursos para tener una infraestructura a la altura del torneo hizo que varias veces se pusiera en duda la realización del mismo.
Todo empeoró con el terremoto de Valdivia en 1960, ya que se destruyó gran parte del territorio sur, lo que dejó al país sumido en una innegable crisis económica y social.
De todas formas, y haciendo oídos sordos a las críticas de los países europeos participantes, finalmente el torneo se realizó, de manera mucho más austera que la edición anterior de Suecia, en cuatro sedes: Arica (Carlos Dittborn), Viña del Mar (Sausalito), Santiago (Estadio Nacional) y Rancagua (El Teniente
